Como empresas, debemos ser conscientes del impacto que tenemos en nuestros candidatos. Ellos merecen un feedback positivo con el que, en caso de descarte, sepan por qué hemos decidido no contemplar su candidatura para esa posición. Esto les motivará, les ayudará a fijar objetivos en los que trabajar, y a reflexionar sobre la orientación de su carrera profesional.
Por otro lado, un buen feedback no es sólo favorable para el aspirante. La experiencia de los candidatos en los procesos de selección afecta directamente a la percepción que tienen sobre nuestra empresa y, por tanto, a la reputación de nuestra marca empleadora (employer branding).